¿Qué impacto tendrá la inclusión de aparatos electrónicos en la Ley REP?

La Ley REP establece metas de recolección y valorización para los productores e importadores de aparatos eléctricos y electrónicos. Conoce los beneficios y desafíos de esta iniciativa para el medio ambiente y la sociedad.

Chile espera llegar a los niveles de reciclaje de países como China o Estados Unidos, quienes cuentan con vigorosos sistemas de valorización de desechos.

Los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) son aquellos que funcionan con electricidad o baterías, como computadores, celulares, televisores, refrigeradores, lavadoras, etc.

Estos aparatos se han vuelto indispensables para nuestra vida cotidiana, pero también generan una gran cantidad de residuos cuando se desechan o se reemplazan por otros más nuevos.

Según datos del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), tan solo un 3,4% de los Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son reciclados en Chile, lo que equivale a 320 gramos por persona aproximadamente.

Sin embargo, gracias a la reciente Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), se establecerán metas para que tanto productores como consumidores industriales se hagan cargo de la chatarra electrónica o e-waste que generan.

¿Qué dice la Ley REP sobre los RAEE?

La Ley REP es una normativa que establece que los productores o importadores de ciertos productos prioritarios son responsables de organizar y financiar la recolección y valorización de los residuos derivados de sus productos en el mercado nacional.

“Los AEE son uno de los productos prioritarios definidos por la Ley REP, junto con neumáticos, envases y embalajes, aceites lubricantes, pilas y baterías. Para cada producto prioritario se debe establecer un decreto de metas y otras obligaciones asociadas”, explica Alejandro Hernández Toro, experto en reciclaje.

El decreto de metas para los AEE aún no ha sido publicado oficialmente, pero según el anteproyecto disponible en el sitio web del MMA, las metas propuestas son las siguientes:

  • Al primer año transcurrido desde la aprobación del decreto, debe existir un 3% de valorización.
  • Al tercer año la valorización debe ser de un 8%.
  • Al quinto año asciende a un 16%.
  • A contar del décimo año la valorización ascenderá a un 45%.

Estas metas implican un gran desafío para los productores o importadores de AEE, ya que deberán implementar sistemas de gestión que les permitan cumplir con sus obligaciones legales. Estos sistemas pueden ser propios o colectivos, e involucran a diversos actores como gestores de residuos, comercializadores industriales o domiciliarios y municipalidades

El impacto de iniciativas similares en el mundo

Países como Estados Unidos, Australia, Japón y China han implementado fuertes estrategias de revalorización de RAEE, algo que ha dado buenos resultados.

El caso de China es bastante particular, ya que desde la década de 1950 ha establecido diferentes programas ligados al reciclaje. El gigante asiático hoy cuenta con un vigoroso sistema que le permite reciclar un total de 7,5 mil millones de toneladas anuales.

 

Sin embargo, el principal problema de China es que es uno de los países que más RAEE genera, y además, recibe una gran cantidad de desechos desde otras partes del mundo. Según datos de la ONU, cerca del 70% de los RAEE del mundo terminan en ese país.

“El impacto de la Ley REP traerá beneficios que no sólo repercutirán en nuestro país, ya que naciones que comúnmente reciben residuos electrónicos o de otros tipos ya no recibirán la misma cantidad procedente de Chile”, comenta Hernández Toro.

Un ejemplo de una buena implementación de políticas de reciclaje de chatarra electrónica es la Unión Europea (UE), quien constantemente va lanzando programas que incentivan la revalorización de estos desechos.

Según datos de la UE, los países que más revalorizaron sus RAEE fueron Croacia, Estonia y Bulgaria, quienes reciclaron un 81,3%, un 69,8% y un 68,8% de sus residuos respectivamente.  En la vereda contraria, los que menos reciclaron fueron Malta, Rumania y Chipre con un 20,8%, un 25% y un 27%.

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