Con juegos, talleres y educación emocional, la comuna refuerza su estrategia integral de prevención junto a SENDA y la Dirección de Educación Municipal
En la comuna de Papudo, la prevención del consumo de drogas dejó de ser una tarea reactiva para convertirse en una estrategia integral que comienza desde la primera infancia. Con una mirada que combina educación emocional, recreación activa y acompañamiento escolar, el municipio, junto a SENDA y la Dirección de Educación Municipal, ha desplegado una serie de iniciativas que buscan fortalecer los factores protectores en niños, niñas y adolescentes.
Una de las acciones más llamativas es la implementación de los llamados “recreos preventivos” en la Escuela Básica de Papudo. Esta innovadora propuesta utiliza el juego, la recreación y el buen uso del tiempo libre como herramientas para fomentar el trabajo en equipo, el vínculo entre pares y el desarrollo de habilidades cognitivas y motrices. Desde este año, el nivel de Pre Básica se ha sumado activamente a la iniciativa, ampliando el alcance de la prevención desde la primera infancia.
«Nuestro objetivo es que los estudiantes aprendan a reconocer sus emociones, cuiden de sí mismos y fortalezcan su personalidad desde temprana edad. Estas habilidades serán fundamentales más adelante como elementos protectores frente a situaciones de riesgo, como el consumo de sustancias», explicó la alcaldesa, Claudia Adasme, reafirmando el compromiso de la comuna con el bienestar integral de sus estudiantes.
🧠 Talleres que educan para la vida
La estrategia no se limita al patio de juegos. En el Liceo Técnico Profesional de Papudo, se han desarrollado durante todo el año talleres preventivos en el marco del programa Continuo Preventivo. Este programa tiene como misión fortalecer los factores protectores durante todas las etapas del sistema educativo, abordando temas como el bienestar, el autocuidado, el reconocimiento emocional y el conocimiento básico sobre sustancias ilícitas.
Los talleres se han articulado con los equipos de orientación y convivencia escolar, generando espacios de reflexión y aprendizaje que permiten a los estudiantes adquirir herramientas para enfrentar situaciones de riesgo y construir relaciones saludables.
“La educación prebásica es fundamental para formar a los adultos del mañana. Un niño que recibe apoyo en esa etapa requiere menos contención en el camino, sin embargo, también sabemos que no basta con comenzar bien. Debemos acompañar ese desarrollo en todas sus etapas y en ese sentido, nuestro trabajo también ha estado presente en niveles más avanzados, donde fortalecemos habilidades socioemocionales y competencias para la vida futura de nuestros jóvenes», explicó Jorge Arcos, director de Educación.
👶 Prevención desde la cuna
La encargada del programa SENDA en Papudo, Gabriela Jara, fue enfática en señalar que “la prevención no comienza en la adolescencia, comienza desde la cuna. Trabajar con niños y niñas en edad preescolar, así como con sus familias, es clave para desarrollar factores protectores que los acompañarán toda la vida y en ese sentido, cuando fortalecemos el entorno emocional, social y educativo en los primeros años, no solo prevenimos futuros consumos problemáticos, sino que también promovemos un desarrollo integral y saludable”.
Este enfoque integral, que combina acciones lúdicas, educativas y emocionales, posiciona a Papudo como un referente regional en políticas comunales de prevención. La apuesta es clara: formar desde temprano, acompañar en cada etapa y construir entornos protectores que permitan a los estudiantes crecer libres de riesgos y con herramientas para enfrentar el futuro.