Astrónomos chilenos revelan la telaraña cósmica que moldea el universo

Un equipo del Núcleo Milenio de Galaxias comprobó que los filamentos de la telaraña cósmica son las principales rutas de materia hacia los cúmulos de galaxias, aportando claves inéditas sobre la evolución del universo.

Un hallazgo del Núcleo Milenio de Galaxias confirma que los filamentos cósmicos son las rutas principales por donde fluye la materia hacia los cúmulos de galaxias, aportando claves inéditas sobre la evolución del universo.

A más de 300 millones de años luz de la Tierra, la materia del universo se organiza en una red gigantesca de hilos invisibles y vacíos, conocida como la “telaraña cósmica”. Este entramado, que conecta galaxias y cúmulos, acaba de ser confirmado por un equipo de investigadores chilenos del Núcleo Milenio de Galaxias (MINGAL), quienes lograron observar cómo los filamentos actúan como verdaderas autopistas cósmicas por donde fluye la materia.

El investigador Raúl Baier, estudiante de postgrado en Ciencias Físicas de la Universidad Técnica Federico Santa María, explicó:

“En las regiones donde estos filamentos se cruzan se ubican los cúmulos de galaxias, que crecen a lo largo del tiempo al atraer gas, materia oscura y otras galaxias desde las estructuras vecinas”.

El estudio confirma que los filamentos no solo conectan galaxias, sino que son las principales rutas de acreción de materia hacia los cúmulos. Baier agregó:

“Nuestros resultados confirman observacionalmente el escenario en el que los filamentos son las principales rutas de acreción de materia hacia los cúmulos de galaxias, mostrando una correlación directa entre la elongación de los cúmulos y la inclinación de los filamentos conectados a estos”.

🔭 Un hallazgo con impacto global

El trabajo tiene aplicaciones en múltiples áreas de la astrofísica. Según Baier:

Resulta especialmente útil para quienes estudian la evolución de las galaxias y para los investigadores en cosmología, al aportar información sobre la distribución y el flujo de materia a gran escala”.

Además, el hallazgo permite validar modelos teóricos y simulaciones, ofreciendo observaciones concretas sobre cómo se estructura la materia en el universo.

📡 El proceso de observación

Los resultados se obtuvieron gracias a una combinación de tecnologías de última generación:

  • Imágenes ópticas del Legacy Survey.
  • Observaciones en rayos X realizadas por el telescopio espacial eROSITA.
  • La técnica DisPerSE para detectar filamentos cósmicos.
  • El modelo probabilístico Probabilistic Hough Transform para calcular la inclinación de los filamentos.
  • El código SExtractor para caracterizar la forma de los cúmulos detectados en rayos X.

El proyecto tomó un año y medio de desarrollo directo, aunque los datos comenzaron a generarse hace más de cuatro años.

👩‍🔬 El equipo detrás del descubrimiento

El trabajo fue liderado por Raúl Baier junto a Yara Jaffé, directora alterna de MINGAL y académica de la UTFSM. También participaron Christopher Haines (Universidad de Atacama), Hugo Méndez y Antonela Monachesi (Universidad de La Serena), además de Alexis Finoguenov (Universidad de Helsinki), responsable de los catálogos de cúmulos en rayos X.

El proyecto forma parte del survey CHANCES (Chilean Cluster Galaxy Evolution Survey), integrado en el consorcio internacional 4MOST.

🌌 Próximos pasos

El equipo ahora busca comparar los resultados con simulaciones cosmológicas para comprender en detalle los procesos físicos que determinan la formación de los cúmulos y su relación con la red cósmica.

Buscamos conectar la observación, la teoría y la computación, para entender cómo se estructura el universo a gran escala”, concluyó Baier.

El estudio, titulado The role of supercluster filaments in shaping galaxy clusters, fue publicado en la prestigiosa revista Astronomy & Astrophysics.

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