Un despliegue de seguridad que oculta la verdadera intención de una autoridad en decadencia
Hace unos días, los transeúntes del centro de nuestra comuna experimentaron una inusitada sensación de seguridad al ver un despliegue de carabineros junto con vehículos y personal de seguridad pública de la Municipalidad. Sin embargo, este aumento repentino en la protección no era una medida permanente para reforzar la seguridad del comercio. La razón detrás de este operativo fue mucho más decepcionante: nuestra autoridad había decidido salir a hacer saludos con olor a promesas de campaña en los locales comerciales.
Las promesas son para los candidatos, no para las autoridades en ejercicio, que deberían haber concretado sus compromisos durante un mandato que ya se extingue. Casi todos vimos el video de nuestra máxima autoridad, saltando y gritando consignas despectivas hacia carabineros: “El que no salta es paco” y “Y van a ver, las balas que nos lanzaron van a volver”. Burlándose de aquellos que, a diferencia de quien solo grita y alienta la violencia, arriesgan sus vidas en serio para protegernos.
No contentos con eso, pintaron el infame “perro matapacos” en un muro del edificio consistorial, en un acto de total desdén hacia el sacrificio de los carabineros. Para aquellos que han disfrutado y alentado a lanzar balas contra Carabineros, la realidad es dura y brutal. Esas balas que han sido celebradas en su odio ciego, impactaron con letalidad en la cabeza de la Sargento 2° Rita Olivares (Q.E.P.D.), madre de dos hijos, quien en su silencio y humildad encarnaba el verdadero sentido del deber con la comunidad.
Esta verdadera servidora pública puso el interés del prójimo por sobre el propio, sin pretensiones ni ego. Su única ambición era desempeñar su trabajo con honestidad y dedicación, convirtiéndose en una verdadera víctima de una celebración de personas siniestras. Para los vociferantes de estas consignas, su falta de conciencia y corazón es evidente. Su soberbia les permite ignorar el dolor y la pérdida de una vida dedicada al servicio.
Para Carabineros, esa madre no solo es un orgullo, sino una fuente de inspiración que simboliza el sacrificio y la valentía en el cumplimiento del deber. Para la comuna, esa carabinera representa una línea entre la humanidad y la barbarie. Es irónico que la misma figura que alimentó violencia y desprecio hacia carabineros, ahora dependa de su protección.
¿Cuándo ofrecerá disculpas sinceras a Carabineros? Mientras tanto, la hipocresía de esta Administración continúa siendo una comedia de Vergüenza Ajena.
Marcelo González